Ciudad de Méxivco (apro).- El ajedrez es campo fértil para los niños prodigio, los cuales siempre han sido un atractivo extra para el juego ciencia. El misterio no resuelto en por qué un niño de pocos años puede jugar a un nivel sorprendente es algo que se ha dado en todas las generaciones de ajedrecistas. Baste recordar, por ejemplo, a Sammy Reshevsky, quien daba sesiones de simultáneas a sesudos jugadores maduros con un éxito notable en los primeros años del siglo XX.
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