El AIFA no despega. De marzo a agosto sólo tuvo 2 mil 107 operaciones, a diferencia del aeropuerto capitalino, que en el mismo lapso realizó más de 186 mil. Para salvar el proyecto de Santa Lucía y a petición presidencial, la Sedena plantea abrirse a las líneas aéreas extranjeras y permitir el cabotaje –servicio de transporte aéreo en territorio mexicano por parte de permisionarios de otros países, lo que está prohibido por ley–, aun cuando esto implique el riesgo de distorsionar el mercado, en perjuicio de la industria nacional.
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