CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- En cuclillas y con la mirada clavada al piso de su celda del Centro Varonil de Seguridad Penitenciaria (Cevasep) II, el jueves 19 Rodolfo González soportó la voz estruendosa del comandante:
“¡Calla a tus perros o te voy a matar! ¿Quién te viene a ver? ¿Con quién hablas? Ya te dije: ¡aquí eres uno más! ¡Te vas a morir, Gato! ¡Te voy a matar a golpes y nadie va a decir nada!”
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