CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Ante la falta de espacios en la prensa y los medios de comunicación masiva de entonces, el movimiento estudiantil de 1968 encontró en la gráfica, plasmada en mantas, carteles, hojas, volantes y pegotes, un vehículo para crear conciencia sobre la situación del país y comunicarse con la población, al punto de haber logrado su solidaridad y apoyo.
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