BERLÍN, 22 de mayo (apro).- Dos años después de que los documentos filtrados por Edward Snowden revelaran que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos espiaba, entre muchos otros objetivos “amigos”, hasta el celular de la canciller de Alemania Angela Merkel, la prensa de este país reveló que ese espionaje se realizaba no sólo bajo el conocimiento, sino también con la ayuda del Servicio Secreto Alemán (BND, por sus siglas en alemán), en clara violación al acuerdo de colaboración entre las dos naciones, puesto en marcha desde el año 2002 para combatir el terrorismo.
El episodio más reciente sobre a las formas y métodos de trabajo de la NSA ha desatado en Alemania un escándalo que hoy tiene al gobierno de Merkel y a ella misma en una de las crisis más penosas de los últimos tiempos.
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