CIUDAD DE MÉXICO (proceso).– Desde el verde jade en la Selva Maya del Petén campechano, la zona de Calakmul se alza como testimonio de la grandeza de una cultura cuyo legado está en juego, advierte el arqueólogo Ramón Carrasco Vargas, quien dirigió el Proyecto Calakmul de 1993 a 2015 –y un año antes esta ciudad prehispánica fue declarada Patrimonio Cultural y Natural Mixto por la UNESCO–:
“El magnífico friso de veinte por cinco metros de altura sobre la entrada al inframundo en la Estructura II y las pinturas murales de la Acrópolis Chiik Naab que descubrimos, están deteriorándose, con el centenar de estelas y algunos templos y palacios a punto de colapsar, porque el sitio se encuentra abandonado… Se trata de la ciudad maya más grande en todo México con alrededor de mil 500 años de historia, y sería una tragedia que perdiera su declaratoria como bien de la humanidad por falta de protección.”
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