La falta de una regulación federal sobre la gestación subrogada les ha abierto las puertas a empresas estadunidenses para celebrar jugosos contratos… que no siempre terminan bien para los aspirantes a padres. Proceso pudo consultar comunicaciones que detallan la negociación entre agencias de Estados Unidos, clientes y médicos mexicanos para realizar esta práctica. Lo grave es que entre quienes buscan la penalización de esta actividad y su legalización a escala nacional, se encuentran en un estado de indefensión las mujeres que alquilan su útero… y los bebés.
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