CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Lo que podía convertirse en el primer desencuentro entre los gobernadores de los estados y el presidente Andrés Manuel López Obrador, choque de fuerzas esperado, se desactivó el mismo día que se suponía iba a estallar tras un encuentro, en muchos sentidos, anecdótico.
Hacía semanas que mandatarios estatales, el más insistente, Silvano Aureoles, cuestionaban la creación de las coordinaciones estatales que concentrarán los programas de desarrollo social que el argot mediático bautizó, para mayor brevedad y descripción, como superdelegaciones.
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