CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Anulada su vida democrática interna por la facción de Ricardo Anaya, cerrado a los ciudadanos y a sus propios militantes, así como desdibujándose ideológicamente y “vaciándose” de dirigentes que se van a otras opciones, el Partido Acción Nacional (PAN) es ya un “partido cártel” que, al margen del resultado de la elección de julio, va hacia el canibalismo y la extinción.
Este sombrío diagnóstico lo hace Carlos Castillo López, director de la revista Bien Común que edita la Fundación Rafael Preciado Hernández, del PAN, de la que es también Director Editorial y de Cooperación Institucional.
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