Los clubes nocturnos de Europa están cerrados, pero eso no significa que los fiesteros del continente se queden en casa, pues a medida que se alivian las medidas de la cuarentena por el coronavirus, las fiestas rave ilegales ganan popularidad.
Las fiestas al aire libre para cientos o miles de jóvenes que se organizan mediante las redes sociales y las aplicaciones de mensajería están en pleno apogeo todos los fines de semana y son un dolor de cabeza para policías y legisladores, pues provocan el debate público y el pánico en los medios de comunicación.
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