MÉXICO, D.F., 31 de marzo (proceso).- El joven Joaquín Aguilar, líder de un grupo de víctimas de sacerdotes pederastas a quienes el Papa Benedicto XVI no quiso recibir en su pasada visita a Guanajuato, exclama decepcionado:
“¡Ni hablar! ¡El Papa nos dio el portazo! No quiso recibirnos como lo está haciendo con las víctimas de otros países. Para la Iglesia, simple y sencillamente las víctimas mexicanas somos víctimas de tercera. ¡No existimos!”.
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