BUENOS AIRES, 26 de junio (apro).- “Yo salgo con el carro a las seis de la mañana y vuelvo a la casa más o menos al mediodía. Como algo y a las tres de la tarde salgo de vuelta hasta la medianoche o la una”, dice Jorge G. a Apro.
El muchacho de 20 años vive con su mujer y sus dos hijos de 2 años y 9 meses en una casa precaria de la Villa 31 en Buenos Aires. Ahora empuja su carro –un armazón de madera montado sobre dos ruedas de auto– por una calle coqueta del barrio de Palermo. La carga que recoge es su medio de vida: cartón y papel de diarios. El tránsito a su lado es intenso.
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