MÉXICO, D.F., 21 de mayo (proceso).- El cártel de Sinaloa, que lidera Joaquín El Chapo Guzmán, amplió su campo de operaciones hacia las provincias más pobres del norte de Argentina, donde ha establecido centros de producción, acopio y distribución de drogas. Arropado por algunas iglesias de la región, esta organización ha logrado mantenerse a salvo de operativos policiacos y desde hace tres o cuatro años se ha vinculado con las comunidades locales, que le brindan la protección que requiere.
El modus operandi gracias al cual el cártel de Sinaloa ha podido desplazarse y trabajar en ese país tiene como uno de sus ejes a la Iglesia, sostiene el especialista e investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México Edgardo Buscaglia.
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