CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En abril de 2020, en medio del alboroto global por conseguir los insumos médicos necesarios para enfrentar la incipiente pandemia por covid-19, el equipo del canciller Marcelo Ebrard viajó por el mundo para comprar de urgencia cubrebocas, guantes de látex y, sobre todo, los ventiladores necesarios para mantener con vida a pacientes contagiados por el entonces poco conocido virus SARS-CoV-2.
Una de estas negociaciones desembocó en una presunta estafa, en la cual el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) perdió 920 millones de pesos porque pagó por adelantado mil ventiladores modelo VG70 a la empresa británica Viva Enterprises Limited, de los cuales sólo recibió 50, y a destiempo.
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