Narcocorridos, perfiles de FB, llamadas telefónicas… así ubicaron a los asesinos de Miroslava

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El día 23 de marzo de 2017, a las 6:34 de la mañana, un hombre bajó de un automóvil Malibú color gris, caminó hacia la calle José María Mata y se detuvo en el número 6909, donde sorprendió a la periodista Miroslava Breach sacando su automóvil, y le disparó ocho tiros.

El hombre corrió para escapar y dejó en el pavimento una cartulina donde -horas después- se sabría que contenía un mensaje que indicaba que el asesinato habría sido por su cercanía con el gobernador Javier Corral y por “lenguona”. Lo firmaba un conocido capo: “El 80”. Lo acompañaba, en un extremo, las letras “WA WA”.

Corral dice que desconocía amenazas a Miroslava Breach; pruebas lo desmienten

CHIHUAHUA, Chih. (apro). – El gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, acusó a “las hermanas” de Miroslava Breach Velducea de mentir, pues negó que supiera de las amenazas que la periodista asesinada en 2017 había recibido. Sin embargo, existen pruebas que muestran que sí sabía.

Las evidencias que lo documentan son: una conferencia de prensa dada por el propio Corral Jurado el 23 de marzo de 2017, día del asesinato de Miroslava, donde mencionó que sabía de las amenazas; así como una captura de pantalla de Miroslava donde informa a una colega que habló con el mandatario panista para pedirle que interviniera contra un funcionario de su partido que la amenazaba.

Juicio Miroslava Breach | Día 1: amenazada por el ‘Señor Salazar’ y políticos panistas

CHIHUAHUA, Chih. (apro). – Con un as bajo la manga se presentó la Fiscalía Especializada en los Delitos contra la Libertad de Expresión a la apertura del juicio oral contra Juan Carlos M., el hombre serrano acusado del asesinato de la periodista Miroslava Breach.

Al presentar su teoría del caso, el fiscal federal Ricardo Sánchez Pérez del Pozo manifestó que en las próximas audiencias probará que las publicaciones de la víctima sobre narcopolítica obstruyeron los planes del grupo criminal de Los Salazar, que querían intervenir en la política municipal en la Sierra Tarahumara, por lo que su actual líder, Crispín Salazar Zamorano, ordenó al detenido que la matara.