La paz no es la ausencia de guerra; es una virtud que tiene su origen en la entereza, es una disposición a la benevolencia, a la confianza y a la justicia.
Baruch Spinoza
La paz no es la ausencia de guerra; es una virtud que tiene su origen en la entereza, es una disposición a la benevolencia, a la confianza y a la justicia.
Baruch Spinoza
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El rito republicano de la conmemoración de la Independencia ocupa en este momento el espacio público en forma omnipresente con diferentes narrativas políticas, intelectuales y mediáticas. La conmemoración empero no existe en tanto tal; se trata de una construcción social entre las diversas que han dado significación a los múltiples escenarios de la historia nacional. En ella converge una filiación de experiencias pretéritas orientadas a forjar con denuedo un enunciado identitario, cívico y pedagógico, lo que incide de manera cardinal en esta construcción social.
El rito republicano condensa simbólicamente los eventos cívicos, políticos y culturales, en los que se entreveran y compendian los desasosiegos y los ideales del presente. Esta tradición le ha permitido al Poder revalorizar los componentes de la identidad nacional.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El 4 de junio de 1787, en su discurso de ingreso a la Academia Francesa, el historiador y poeta Claude-Carloman de Rulhière (1735-1791) introdujo uno de los conceptos que serían determinantes en su era y que perviven aun en la nuestra: el imperio de la opinión pública.
La crítica mordaz de Rulhière estuvo enfocada a los innombrables escritores cortesanos, quienes transitaban con facilidad del ridículo al patetismo en aras de complacer al soberano. Ante ello, rescató otra noción que hizo época, relativa a la dignidad de las personas de letras entendida en su sentido más lato.