¿Es ésta la Universidad de la Nación?

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La actual administración de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha desarrollado una intensa campaña en la que la institución es presentada como la Universidad de la Nación. La frase es brillante porque refleja tanto la opinión que los universitarios tienen de sí mismos, como la forma en la que les gustaría ser percibidos. Sin embargo, bajo la insistente campaña, se ocultan contradicciones que corresponden al ámbito universitario y no deben ser endosadas al país.

Una de estas contradicciones la representa la forma en la que han abordado las demandas del movimiento feminista en la UNAM; el proceso en sus inicios y en su desarrollo ha permitido a la opinión pública observar cuál es el significado de la autonomía para los actores del conflicto universitario. Para éstos, autonomía y cumplimiento de su propia legislación no están vinculadas porque la entienden a la manera de la sociedad feudal, como un privilegio de carácter colectivo que les permite, en primer lugar, disfrutar de leyes particulares, y en segundo, cumplirlas o no a su arbitrio. Esta manera de entender la autonomía es resultado de la confusión que existe entre aquellos que no conocen la historia ni el significado de la autonomía.

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CIUDAD DE MÉXICO (apro).-  Autonomía: ¿democracia o autoritarismo? La autonomía universitaria se entendió como un proyecto que sirviera de ejemplo a la sociedad para que pudiera contrastar la diferencia entre una comunidad en la que se observaban las leyes y otra en la que la arbitrariedad era la norma, como ocurría durante los años postrevolucionarios. De esta manera, la forma de convivir de los y las universitarias serviría para demostrarle a la sociedad que el autoritarismo del gobierno no era una necesidad debido a la inmadurez del pueblo mexicano.

El proyecto autonómico, por su doble carácter de social y nacional, cumple todavía hoy una función didáctica, no sólo con los alumnos en la cátedra, sino también con la sociedad a la que ilustra con el resultado de sus investigaciones en el campo de la ciencia y la cultura. Cada miembro de la comunidad universitaria sirve de ejemplo al resto de la sociedad, por lo que se le ha considerado un modelo que muestra, en el presente, lo que será el país en el futuro.

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CIUDAD DE MÉXICO (apro). – Una característica de los movimientos sociales, como en el caso del actual movimiento feminista, es que se componen de varios grupos y tendencias que no son homogéneos ni en cuanto a objetivos ni en cuanto a medios a utilizar. Están integrados por tendencias con propósitos distintos que se aglutinan, pero no se articulan, en un mismo reclamo; en este caso, contra la violencia de género, pero que difieren en la forma de alcanzar sus propósitos.

En el caso de movimiento feminista podemos señalar que este movimiento es plástico, cambia de liderazgo continuamente y ninguna de sus integrantes puede afirmar que representa a las distintas tendencias. En esto radica su fuerza y también su debilidad cuando se trata de dialogar y negociar para concretizar sus demandas.