“Solsticio de invierno”: una larga noche

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Nunca hay que dejar entrar extraños a casa, no sabes luego cómo vas a poder sacarlos.

Solsticio de invierno es la obra más reciente del dramaturgo alemán Roland Schimmelpfennig (Dragón Dorado, El reino de los animales). En ella, una pareja que tiene una pequeña hija invita a la madre de la mujer a pasar la noche de Navidad. Sin embargo, ésta invita a un extraño que conoce en el tren de camino.

“Una merienda de negros”

CULTURA EN LA MIRA / TEATRO: PURO DRAMA / CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hay veces en las que el teatro, más que entenderse, se siente. Ya no se trata sólo de contar historias, sino también de hacer una especie de collage dramático, donde las piezas aparentemente aisladas se acomoden como puedan en el alma del espectador.

 

“El avaro” canadiense

CULTURA EN LA MIRA / TEATRO / PURO DRAMA / QUEBEC, Can. (apro).- Avaros hay en todas partes, y en todos los siglos. La vigencia de las obras de Molière no conoce límites.

El avaro fue escrita en 1668 por Jean-Baptiste Poquelin, nombre real del gran cómico francés. Trata sobre Harpagon, un viejo usurero, el cual apalabra a sus hijos Élise y Cléante en matrimonios que le convienen económicamente.

El día en que Chagall diseñó escenografía y vestuario en México

SUPLEMENTO CULTURA EN LA MIRA / TEATRO: PURO DRAMA / MONTREAL, Can. (apro).- Fue en 1942. Marc Chagall diseñó el vestuario y la escenografía para Aleko, un ballet que pretendía tener una temporada en Nueva York, y el cual, por falta de presupuesto, fue enviado a México.

Artista plástico nacido en Bielorusia en 1887, recibió asilo en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial (1941). En el nuevo continente no tardó en ser contratado para desarrollar varios proyectos. Había trabajado ya en los años 20 en el Teatro de Arte Judío de Moscú, y ahora se le aparecía esta nueva oportunidad, propuesta por el coreógrafo ruso Leonidas Massine.

“Vine a Rusia porque me dijeron que acá vivía un tal Antón Chéjov”

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Más vale malo por conocido que bueno por conocer. Quedarse en casa es siempre lo más cómodo… Hasta que se te acaban los libros.

Vine a Rusia porque me dijeron que acá vivía un tal Antón Chéjov cuenta la historia de cinco amigos (Jo, Hache, Alita, Lina y Nosi) que pasan un invierno interminable juntos, tomando té y calentándose con un pequeño fogón que encienden, quemando su más preciado tesoro: sus libros. El tiempo no mejora y los libros se agotan, hasta que sólo quedan los de teatro. El dolor en su alma al deshacerse de esos últimos ejemplares –en especial los de Chéjov– incitan a Jo a tomar una determinación: salir de la casa y emprender un viaje a la lejana Rusia.

La titería

TEATRO: PURO DRAMA / CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ser padre es una labor agotadora. Querer, además, entretener a los hijos con actividades culturales –y no con las fáciles herramientas enajenadoras que hay en cada casa– es casi una misión imposible en la Ciudad de México.

Amaranta Leyva sabía y sufría esta situación, y junto con su compañía Marionetas de la Esquina fundó “La Titería”, un oasis en el centro de Coyoacán (sur de la capital del país), que más allá de ser un teatro, es un inaudito espacio de libertad para chicos y grandes.

“Me sale bien estar triste”: Amor con leche

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hay tantas variedades de café que no podría recordar los nombres. Lo hay fríos, calientes, amargos, dulces, reconfortantes… Se puede tener una preferencia o elegir según el estado de ánimo. Algo así como el teatro… y el amor.

Las nuevas dramaturgias no necesariamente dependen de un espacio teatral para llevarse a cabo. El escenario de Me sale bien estar triste, escrita y dirigida por Jimena Eme Vázquez, es una diminuta cafetería en Copilco llamada Café y Té Quiero, lugar por excelencia de los estudiantes universitarios.

Comerse la escena

COLUMNA TEATRO/PURO DRAMA / CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El misterio es un elemento de inevitable encanto para el ser humano. Hay algo en la incertidumbre que nos hace seguirla y puede convertirnos en niños pequeños en busca de aventura.

Un acto de comunión nos invita a una experiencia donde la falta de información se vuelve un acierto. Lo único que el espectador sabrá es que tiene una cita con Frankie Malkovich en su casa, y a partir de ello todo puede suceder.

“Los animales reinan”, en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El mundo del teatro es cruel, en especial cuando se trata de la actuación. Hay una presión constante por ser el mejor, destacar, llegar más lejos. A veces hay incluso que rebajarse o jugar sucio para conseguir avanzar.

El reino de los animales, escrita por el dramaturgo alemánRoland Schimmelpfennig, y traducida por Ilana Marx, juega de manera ágil y divertida el tema de la comparación de los animales con los actores.