La 4T no terminará de digitalizar México

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Aún sin una política pública y sin una estrategia digital, el gobierno de la llamada Cuarta Transformación proyecta que en 2024 (cuando concluya el sexenio), 77.2% de la población sea usuaria de Internet. Se trata de un avance extremadamente modesto de apenas siete puntos porcentuales en cinco años. La contracara es 22.8% de los mexicanos sin acceso a los beneficios de la red en un año de escenarios futuristas vueltos realidad. La meta se estaría logrando sólo con un crecimiento orgánico, por lo que se requiere un mayor impulso para llevar Internet a toda la población.

Agricultura digital: ¿crisis u oportunidad?

México podría enfrentar en los próximos lustros una crisis social relevante porque los trabajadores del campo que cruzan hacia Estados Unidos o que ya viven allá podrían ya no ser necesarios. La inmigración en Estados Unidos se aborda como un “problema” político y racial, pero en el futuro cercano podría encontrar otro enemigo: la automatización.

El uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la agricultura es un proceso que avanza lento pero seguro. Para México representa un desafío social pero también una oportunidad para desarrollar una agroindustria digital.

Internet ¿prioritario o esencial?

¿Usted en su hogar puede vivir sin agua, electricidad o drenaje? Pues tampoco se puede vivir sin Internet, así de esencial es el servicio de banda ancha. Todos los avances en digitalización durante los 100 días de cuarentena deben formar parte de un plan y una estrategia digital permanentes.

Antes de la pandemia la conectividad ya era prioritaria, pero durante la emergencia sanitaria descubrimos que ahora es esencial. La importancia de Internet aumentó cuando se convirtió en la única forma segura de realizar actividades cotidianas sin romper el confinamiento.

Imperialismo digital

Todos los imperios requieren contrapesos y equilibrios y el digital no es la excepción. A diferencia de otras épocas, el imperialismo digital del siglo XXI es interdependiente porque es global. Lo domina Estados Unidos pero los países tienen derecho, oportunidad y sobre todo el deber de prosperar en el mundo interconectado de Internet. La nación (los gobiernos, las empresas, los negocios y las organizaciones) que no lo haga quedará rezagada y sus ciudadanos expuestos a una nueva desigualdad y pobreza que ahora es digital.

En 1966 Herbert Schiller desarrolló la teoría del imperialismo cultural que hacía referencia a los conglomerados mediáticos y sus contenidos. La hegemonía digital tiene sus propias modalidades, pero nadie quiere quedarse atrás en la transformación digital.