El hecho ocurrió cuando el artista realizaba el mural La universidad, la familia y el deporte en México en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, en 1952. Permanece aún el enigma de si el incidente entre el muralista y el presidente influyó o fue la causa de que la obra no se concluyera, con el argumento oficial de falta de presupuesto. De todo el conjunto de murales de la Casa de Estudios, resultó el único sin concluir. La historia la contaron en 2015 quienes hace 70 años eran dos jóvenes obreros de la plástica, Rina Lazo y Arturo García Bustos, ayudantes de Rivera en la obra, y más tarde ellos mismos miembros del movimiento de la Escuela Mexicana, que acaba de cumplir 100 años.
Ciudad de México (Proceso).– En 1952, a un par de semanas de la inauguración de las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México, Diego Rivera estaba orgulloso y optimista. Decía que la “escultopintura” La Universidad, la familia y el deporte en México en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria (CU), con el tema “el desarrollo del deporte en México desde la época prehispánica hasta la actual”, significaba un modelo de “arte público social” que indudablemente representaría la realización más importante de su vida como “obrero plástico”.