CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Abordo el tema boliviano con motivo de un artículo del diputado Pablo Gómez. Y también de uno muy objetivo de Jean Paul Guzmán, publicado en Proceso. Afirma el diputado que lo de Bolivia es una catástrofe política al haberse dado, según él, un golpe de Estado. No hubo tal golpe a la luz de los hechos. Se ejerció el derecho de todo pueblo a resistir la opresión. El golpe lo dio desde 2016 el régimen evista, e incluso mucho antes como se verá. Y ahora se viven sus consecuencias trágicas.
La sistemática política antidemocrática del evismo de hoz y martillo provoca el incendio en Bolivia y lo atiza desde México. Y luego, simula asumir el papel de apagafuegos, rasgándose las vestiduras por las consecuencias de esa su política. Trama esa digna de una farsa de Molière. Trama y urdimbre propagadas taimadamente a través de los medios en un mundo de aduladores, ilusos, individuos y masas amantes del yugo.