Contrario a lo que el presidente López Obrador ha sostenido desde que fue candidato, sobre que no necesita escoltas porque “la gente me cuida”, reportes de la Sedena –hackeados por el colectivo Guacamaya– revelan que los aparatos de inteligencia y seguridad militar están más preocupados por protegerlo de protestas sociales, que tienen “el objeto de hacer peticiones y/o muestras de afecto”, dejando de lado los riesgos por el narco, pese a que visita localidades bajo la influencia de cárteles y grupos violentos. Así, entre la lista de amenazas figuran familiares de mujeres asesinadas, de desaparecidos, maestros, normalistas, campesinos, pescadores y hasta enfermos de covid-19.