Su relación (tensa) con los medios

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Con tensos momentos de polémica y confrontación, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está construyendo una compleja relación entre el poder oficial y los medios de comunicación en México. Pero más allá de todo comentario que simplifique posturas en defensa del gremio periodístico o a favor del gobierno, esa relación no puede –y no debe– definirse con facilidad ni premura: se trata de un problemático replanteamiento del lugar del Estado como un pretendido proyecto de “transformación” política. Al mismo tiempo, sin embargo, este proceso exige un examen crítico del papel que desempeñan los medios en el presente neoliberal de nuestra sociedad.

El escenario de esta nueva relación, como sabemos, fue preparado por el propio poder presidencial. Cada mañana, AMLO determina el ciclo de noticias en el país con una alargada conferencia de prensa donde se discuten políticas públicas, muchas veces de modos contradictorios y desconcertantes, y donde también se atienden preguntas directas de reporteros y ciudadanos.

Y al final, Trump se impuso

NUEVA YORK (Proceso).- En una tensa y desigual negociación con la presidencia de Donald Trump, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue forzado a endurecer su política migratoria en la frontera sur de México, desplegando a la Guardia Nacional para la detención de indocumentados y aceptando convertirse de facto en un “tercer país seguro” para recibir a quienes soliciten asilo humanitario en Estados Unidos.

Todo para evitar la arbitraria imposición de 5% de aranceles a todas las exportaciones de México a Estados Unidos, una medida que fue criticada incluso por el Partido Republicano –el de Trump– y que, según análisis económicos, de haberse llevado a cabo habría tenido un costo de hasta 41 mil 500 millones de dólares del PIB estadunidense.

Más de 30 mil observadores vigilarán el proceso electoral más violento de la historia

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Aunque según el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, el proceso electoral del 1 de julio “será el más observado de la historia democrática de México” con más de 30 mil observadores nacionales y 907 extranjeros, también será el que menos presupuesto oficial ha destinado a la observación electoral, el más violento en la historia democrática del país y el más expuesto al fraude electoral “tradicional” y cibernético.