La otra génesis

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La contundencia del caudaloso e incontenible río de mujeres que el 8 de marzo pasado desbordó calles, remontó infundios, sacudió oportunistas mezquindades, derrumbó augurios de fracaso e impuso una voz común para exigir freno al oleaje de exacerbadas violencias ceñidas sobre la población femenina de este país durante los últimos seis lustros, obligó a incrédulos, recelosos, arribistas y detractores a reconocer la profundidad y legitimidad de las demandas del renovado movimiento feminista.

Por encima de batallas y debates sobre cifras desdeñosas, en la vanguardista ciudad de México se unieron más de 100 mil voces luminosamente diversas de mujeres– concentradas en avatares de los feminismos académicos y sociales, precursores o emergentes—, que marcharon por vez primera o recorrieron de nueva cuenta los senderos de la lucha de larga data.

Cuando despertó, la persistencia feminicida todavía estaba allí…

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A treinta años de distancia –desde la instauración del neoliberalismo hasta el inicio de la 4T–, los crímenes de género, hoy sujetos a la mezquindad de una disputa política, continúan sumando día tras día cadáveres de niñas y mujeres al listado luctuoso de la barbarie que carcome las entrañas del país.

Con el fenómeno de las muertas de Juárez inició en México, a instancias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), el recuento sucesivo de feminicidios y, con ello, la socialización de la impunidad imparable hasta el día de hoy.