Prisca Awiti, las raíces fuertes de una familia imperfecta

Prisca Awiti es una de las 25 mujeres mexicanas que han ganado una medalla olímpica en lo que va del siglo. Son ellas quienes han sacado la cara por México. El 30 de julio último se convirtió en la primera judoca mexicana en ganar una presea de tal alto calibre para el país. Lo hizo en los Juegos Olímpicos de París 2024 siguiendo la filosofía de Jigoro Kano, padre del judo, el Jita Kyoei, concepto que puede traducirse como apoyo mutuo y solidaridad. Prisca Guadalupe Awiti Alcaraz, plata en la categoría de menos de 63 kilos, encontró y construyó esto con su familia.

Dolores Alcaraz, madre de la atleta, es oriunda de León, Guanajuato. Nació en su propia casa gracias a una partera que por aquellos años atendía a las mujeres de la ciudad que llegan de comunidades rurales. Ella fue una de las últimas bebés en llegar al mundo así porque ya para entonces los chamacos ya nacían en una clínica del Seguro Social. Su alumbramiento la marcó, pues con el paso de los años se dedicó al trabajo social. Así como la matrona que la ayudó a nacer, ella, desde su trinchera, también quiso socorrer a las familias.