CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Los derechos humanos no son un invento reciente. En nuestro país las luchas sociales en las que se enarbolaron inicialmente se remontan al movimiento estudiantil del 68 y a las dignas movilizaciones de las madres por los desaparecidos de la Guerra Sucia. Desde aquellas décadas, múltiples actores sociales han encontrado en los derechos humanos un lenguaje útil para nombrar sus exigencias de justicia. La fuerza de los derechos radica en que expresan el ideal, nunca del todo alcanzado y por eso mismo invocado con recurrente esperanza, de que todos y todas seamos “iguales en dignidad”, como lo promete el artículo 1 de la Declaración Universal que cumplió, este 10 de diciembre, 73 años.
El aniversario de la Declaración, que este año coincide con la llegada al punto medio del sexenio, es una efeméride pertinente para hacer un balance sobre la situación del país en este renglón.