CIUDAD DE MÉXICO (apro-cimac).– En la última década, algunos organismos de las Naciones Unidas, varios gobiernos, algunas ONG y algunas académicas, han promovido la política de que la prostitución es voluntaria y la trata sexual es forzada. Sin embargo, la realidad es que la prostitución y la trata sexual son habitualmente codependientes. En los países que prohíben la trata, pero despenalizan la industria del sexo, la prostitución, la trata sexual, el sector sexual ilegal y la prostitución infantil se expanden.
Incluso los indulgentes holandeses cerraron sus principales zonas de tolerancia, originalmente promovidas como lugares que protegerían a las mujeres en la prostitución y controlarían la influencia del crimen organizado. En 2004, el alcalde de Ámsterdam admitió que la “Tippelzone” o Barrio Rojo, la infame zona de prostitución de Ámsterdam, se había convertido en un refugio para delincuentes, traficantes de drogas, tratantes y proxenetas, y no era seguro para las mujeres.