Berlín/Bruselas.- La mexicana Berenice Osorio de Viana murió la madrugada del 9 de enero de 2018 por la puñalada que le propinó su compañero belga, Tom Pattyn, en la casa que compartían en el poblado de Kasterlee, Bélgica. Las hijas de la pareja, de sólo dos y seis años en ese entonces, dormían en su habitación y no se enteraron de que su madre –de 32 años– agonizó en el jardín de la casa.
Ocho meses después, la noche del 11 de agosto de 2018, otra mexicana, Jessica Astorga, murió asfixiada por su esposo francés, Pierre-Olivier Labastida Garnier, dentro de su departamento en la ciudad francesa de Lyon. Alterado por el consumo de heroína, el hombre lanzó el cuerpo de la joven de 26 años por la ventana del tercer piso del edificio donde vivían, pretendiendo simular un suicidio. Además de que los estudios forenses no coincidían con su versión, dos días después él mismo se presentó en la comisaría de Valence y confesó haber mentido para maquillar su crimen.