BOGOTÁ, 23 de mayo (proceso).- En un deslinde de la estrategia antidrogas enfáticamente represiva que impulsa Washington en Colombia desde hace décadas, el gobierno de Juan Manuel Santos decidió suspender la aspersión de los cultivos de hoja de coca con glifosato, un herbicida que puede causar cáncer y provoca estragos en el medio ambiente.
La medida fue adoptada pese a la presión que ejercieron funcionarios estadunidenses sobre el gobierno colombiano para mantener las fumigaciones con ese producto y al rechazo del procurador general Alejandro Ordóñez, quien dijo que el país “se inundará de coca”.
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