LA PAZ, 2 de agosto (apro).- Patricia Tapia (nombre ficticio) recurrió a sus ahorros y a la ayuda económica de dos amigas íntimas para juntar el equivalente a 30 dólares. Se armó de valor y acudió a un consultorio clandestino donde se sometió a un aborto.
Hace cinco años, cuando padeció ese viacrucis, tras una relación sentimental que quedó en nada, tenía apenas 20 años, pero aún hoy considera que fue la experiencia más escalofriante de su vida y no logra imaginar algo peor.
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