CIUDAD DE MEXICO (apro).- Este inicio de año, servidor tuvo una idea feliz: pensé que el 2018, por iniciarse en un lunes, era un buen augurio para esta globalidad en la que vivimos, en la que el miedo, la frustración, el resentimiento que abruma a tantos, la ambición desenfrenada de no pocos y el cinismo de otros más, han hecho de la sociedad el reino de la corrupción, de la impunidad productora del caos, generadores en la ciudadanía de la falta de ánimo o voluntad de tantos, de la incredulidad de no pocos e incluso de la cobardía de otros, estados de ánimo que, si bien virtualmente sumados tienen la fuerza del número, de nada vale por no estar organizada.
Ante esta lamentable situación, al de la firma se le ocurrió, como ya señaló más arriba, que el hecho de que el año 2018 comenzara en lunes, puede ser una buena esperanza para vivirlo, según la personal manera de ver e interpretar la simbolomancia del que escribe la presente, ya que, tenida por no pocos como ciencia, ese simbolismo de los números asegura que los mismos no son expresiones simples cuantitativas, sino que son ideas-fuerza. Recordemos a este respecto que Pitágoras dijo: “Todo está arreglado según el número”; que Platón consideró al número como esencia de la armonía y a ésta como fundamento del cosmos; por su parte, los judíos también participaron en el desarrollo de esta filosofía de los números con la Cábala, en la que todo son símbolos incluso las cifras y las letras, como lo demuestran los dos famosos libros que tratan de la misma, cuya aparición se sitúa en el siglo II, según unos, o en el siglo XII, según otros, el llamado “Libro de la Creación” y el “Libro del Esplendor” (o Zohaar).
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