Búsqueda ciudadana ante la inacción gubernamental

AMATLÁN, Ver. (proceso).– No hay obstácu¬los que Simón Carranza no pueda superar en la búsqueda de desaparecidos. Camina entre huizaches y cañaverales observando con detenimiento el terreno; trepa cerros pedregosos, desciende a pozos tapados con basura; “vuela” sobre el caudaloso río Blanco, amarrado por la cintura con una cuerda de nylon para otear entre una presa de troncos; e incluso se mete a escarbar una fosa de al menos cinco metros de profundidad.
Nada parece detener a este cincuentón bajito, delgado y correoso, quien no tiene familiares desaparecidos pero se convirtió en una pieza fundamental en el arduo trabajo de localizar fosas clandestinas.


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