CUERNAVACA, Mor. (apro).- Además de frenar la exhumación de cuerpos localizados en fosas clandestinas de Jojutla, el gobierno estatal no se ha preocupado por identificar los cadáveres que se encuentran desde hace meses e incluso años en los refrigeradores o en los pisos del Servicio Médico Forense (Semefo).
Un botón de muestra es el caso de Enrique Garfias González, mejor conocido como Enrico, cuya familia recibió los restos más de un año después de haber sido llevados al Semefo.
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