CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Faltaba poco para levantarme de la cama e ir a la escuela, cuando mi madre nos despertó alarmada. Salimos corriendo a casa de mi abuela. Vivía en Xalapa en ese entonces…”.
Así describe su experiencia de niño de 9 años Javier Camarena, durante el terrible terremoto del 19 de septiembre de 1985. 32 años después, el mismo día 19 de septiembre, como maldición gitana, otro terremoto volvió a sacudir la CDMX, pero el niño tenía ahora 41 años y se había convertido en uno de los cantantes de ópera más reconocidos y apreciados del mundo.
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