En su homilía del Jueves Santo, cuando la pandemia del coronavirus atacaba con inusual agresión a Europa, el papa Francisco exhortó a los sacerdotes católicos a “servir” a los contagiados. A principios de mayo la Conferencia del Episcopado Mexicano atendió el llamado y comenzaron a formarse en cada diócesis del país los “capellanes covid”. Son ellos quienes, venciendo el miedo al contagio, aplican los santos óleos a los moribundos, pues, dicen, “se imponen la caridad y la solidaridad con el enfermo”.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso). – Sobre su oscura vestimenta eclesiástica, el sacerdote Andrés López Ruiz se coloca el delantal impermeable y el resto del equipo médico de protección –cubrebocas, guantes, gogles–, y así recorre algunos hospitales de la Ciudad de México para llevar los santos óleos a los enfermos de covid-19 que están a punto de morir.
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