París (Proceso).- Cada día se repite el “ritual”. A las nueve de la mañana, media hora antes de la llegada solemne de los cinco magistrados que integran la Corte Penal Especial de París, los 11 inculpados ingresan a la sala de audiencias del tribunal.
Entran uno tras otro. Llevan mascarillas anticoronavirus, como todos en el Palacio de Justicia. Visten ropa civil, común y corriente, tienen las manos esposadas detrás de la espalda y cada uno está custodiado por dos policías protegidos con chalecos antibalas, fuertemente armados y con los rostros cubiertos con pasamontañas negros.
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