MÉXICO, D.F. 01 de marzo (proceso).- Más allá de los efectos cuantificables del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) en el campo cultural (con datos duros sobre los graves perjuicios en el cine o industrias como la editorial o de la música), hay terrenos inasibles que también han resentido las consecuencias de haber firmado el acuerdo sin reservas para la cultura: La identidad y el patrimonio cultural tangible e intangible.
Pero cómo medir donde lo que hay es un vaciamiento de significados, una pérdida de valor simbólico. Quién puede decir en qué porcentaje los mexicanos se identifican o reproducen menos sus tradiciones populares con respecto a 1994, cuando entró en vigencia el tratado. Cuántas zonas de monumentos arqueológicos, históricos y artísticos se han visto afectados, de qué manera, o qué comunidades lo padecen más.