Para algunos, servidor ni siquiera ha existido. Soy nada más que un mito usado por insociales e inadaptados a las leyes.
Con otros historiadores me fue peor pues, aunque reconocieron mi existencia, han dicho que fui un débil mental, que en un momento de furia incontrolada destruyó dos telares de su patrón… o empleador, como se les dice en esos sus días, lector de la presente… con lo que me convierten en un vil iniciador de estúpidos sabotajes a la admirada Revolución Industrial, que tuvo su inicio en Inglaterra alrededor del 1760… por lo que servidor no merece el título honorífico de “general”, que algunos posteriores revoltosos imitadores… según esos historiadores… de mi acto me dieron unos treinta años después de mi hecho… y debido al mismo motivo que llevara a servidor a cometerlo.