Lo atemporal del régimen transitorio: ampliación del plazo para desarrollar la Guardia Nacional

La situación en la que nos encontramos puede cambiar de un momento a otro con el solo hecho que se cree o modifique una norma jurídica. Uno puede estar parado, sin moverse, pero momentos después puede suceder que nos esté buscando la policía; seguimos sin movernos, pero quizá ya no tengamos trabajo o seguimos de pie y muy probablemente ya seamos deudores de un crédito. Por ello las consecuencias que producen los cambios normativos deben preverse mediante un régimen transitorio, el cual tiene por cometido regular las situaciones ya existentes al momento de crear o reformar una norma jurídica o bien para regular las que se producen a partir de la creación o de la reforma de esa norma jurídica.

Un ejemplo de régimen transitorio lo constituye la reforma constitucional sobre la Guardia Nacional. El 26 de marzo de 2019 se reformó nuestro texto constitucional para dar cabida a la creación de esta institución. Esta nueva situación trajo como consecuencia un régimen transitorio que en su artículo quinto estableció que durante los cinco años siguientes a la entrada en vigor de la reforma, en tanto la Guardia Nacional desarrollara su estructura, capacidades e implantación territorial, le correspondería al Ejecutivo federal disponer de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública.

La narrativa del poder

En el libro de los Proverbios hay una afirmación que como poeta siempre me ha asombrado por lo que revela de la palabra, lo más propio del ser humano: “La vida y la muerte están en poder de la lengua, del uso que de ella hagas tal será el fruto”. La palabra, a la vez que puede sanar, formar, iluminar, hacer crecer, puede también destruir: una palabra con intención de dañar tiene la capacidad, decía Georges Steiner, de “destrozar una identidad humana con mayor rapidez que el hambre”: es un crimen que prefigura la muerte. La palabra puede también servir para borrar franjas enteras de la realidad. En la era mediática no hay mentira que no sea capaz de presentarse como verdad ni violencia, por más espantosa que sea, que no encuentre justificación en la palabra. El poder es maestro de ambos usos negativos de ella. Los insultos, las descalificaciones, la incitación al odio, con la que todas las mañanas López Obrador se expresa, es ejemplo de lo primero; la forma en que minimiza la violencia y el sufrimiento de las víctimas es ejemplo de lo segundo.

Al igual que sus antecesores –Calderón y Peña Nieto–, a los que tanto desprecia, López Obrador utiliza la misma narrativa del poder para abdicar de su tarea como jefe de Estado y justificar el horror. A no ser por sus respectivos estilos, su narración es la misma. No hay diferencia de fondo entre el “se están matando entre ellos” de Calderón, el “ya supérenlo” de Peña Nieto y el “hay gobernabilidad, hay estabilidad, y al mismo tiempo hay un interés de nuestros adversarios los conservadores de magnificar las cosas, de hacer periodismo amarillista, sensacionalista”, que López Obrador escupió a la cara de la nación el pasado lunes 15 de agosto frente a la descomunal ola de violencia terrorista que el crimen organizado protagonizó en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California.

Los problemas de jugar partidas rápidas

Ajedrez…

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En una ocasión le preguntaron al excampeón mundial Mijaíl Botvinnik, si había jugado alguna partida de blitz (5 minutos por jugador para toda la partida). El “patriarca del ajedrez soviético” indicó: “sí, una vez jugué una partida rápida en un viaje en tren”. Puede ser que a muchos esto no sea más que la respuesta a una simple pregunta, pero la respuesta del excampeón del mundo llevaba “jiribilla”. Botvinnik siempre propugnó el análisis profundo y pausado al vértigo de las partidas rápidas, las cuales recomendaba no jugar.

Cárteles mexicanos, en la mira de la ONU

BOGOTÁ (apro).- Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación  de los derechos humanos en Colombia presentado la semana pasada contiene una afirmación sorprendente que evidencia el alto grado de influencia que han alcanzado los cárteles mexicanos de la droga en el mundo del crimen colombiano.

De acuerdo con el reporte, que causó un gran malestar en el gobierno por el crudo diagnóstico que hace sobre la situación humanitaria en el país, en varias regiones golpeadas por la violencia hay presencia de grupos delictivos extranjeros que participan en el conflicto.

La sui generis vida política de Malasia

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hace unos días dimitió el primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad de 94 años, el premier más anciano del mundo. Pero no renunció debido a su avanzada edad, sino a divergencias con su coalición de gobierno y, según algunas fuentes, como maniobra para incumplir el compromiso de delegar su cargo este 2020 en su aliado político Anwar Ibrahim.

Mahathir anunció el retiro de su formación política Bersatu de la coalición gubernamental Pakatan Harapan (PH), y también lo hicieron 11 diputados del partido Keadilan Raykat (PKR), que encabeza Anwar, con lo cual ésta perdió la mayoría parlamentaria y obligó a notificar la disolución del gobierno al rey Abdullah, quien no obstante pidió al nonagenario político que se mantenga en su puesto en tanto se designa a su sucesor.

Myanmar: una Nobel de la Paz contra la justicia internacional

MIRILLA INTERNACIONAL

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El 23 de enero, por unanimidad, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de Naciones Unidas dictó una orden de proteger a la comunidad rohingya de Myanmar de “un peligro real e inminente de ser víctima de un genocidio”. Además, ordenó preservar todas las pruebas que permitan corroborarlo y presentar un informe que demuestre “la aplicación inmediata y eficaz de las medidas cautelares”.