Remediar al capitalismo

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En no pocas ocasiones, Joe Biden, un influyente político demócrata, había objetado los abusos de grandes corporativos.

El viernes 9 de julio, Joe Biden, quien ahora se desempeña como presidente de Estados Unidos, pasó del discurso a los hechos.

¿Y si el Papa Francisco muriera?

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El Papa Francisco está bien, volvió a aparecer este domingo. Desde el balcón del décimo piso del Policlínico Gemelli de Roma el pontífice se mostró ante los fieles por el Ángelus. Físicamente se veía cansado, pálido y más delgado. No es para menos, después de la cirugía de colon. “Su Santidad el Papa Francisco –dijo el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni– se encuentra en buen estado general, alerta y respirando espontáneamente. La cirugía por estenosis diverticular realizada la noche del 4 de julio implicó una hemicolectomía izquierda y duró u­nas tres horas”. Para tranquilidad de todos el Papa evoluciona favorablemente. Sin embargo Francisco tiene 84 años, ya acusa signos de desgaste natural de la edad y del intenso ritmo que demanda su cargo.

The New York Times tituló su nota: “El secretismo habitual del Vaticano genera dudas sobre la salud del papa Francisco”. En efecto, señala: “Aunque no hay motivos para dudar de la veracidad de los comunicados sobre la condición del pontífice después de la cirugía de colon, la falta de transparencia del Vaticano se ha ganado el escepticismo”. Y es que el anuncio de la intervención quirúrgica de Francisco fue sorpresivo. El domingo 4, el vocero Bruni comunicó a la prensa, a las 15:30 horas, que el Papa había sido trasladado al hospital para una “cirugía prevista” para atender divertículos de colon. La pregunta entre los reporteros fue: ¿si la operación estaba prevista, cómo no se notificó antes? El tema no es menor. Generó inquietud que la información se ofreció a cuentagotas con una falsa tranquilidad. Es cierto que el mismo Francisco pidió discreción y no hacer de su cirugía un espectáculo. Pero todos sabemos que El Vaticano guarda siempre demasiados secretos. Ante la vaguedad de la información, la opinión pública de inmediato se mostró escéptica. Sobre todo porque demasiado silencio desencadena innumerables especulaciones. No debemos olvidar que las conspiraciones palaciegas responden con agudeza a tantos secretos acumulados por la institución católica milenaria.

Falacias

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral ha vuelto a declarar que las críticas y ataques en contra de su administración son falacias (del latín fallacia: engaño; argumento que parece válido, pero no lo es). Los motivos de tan grave acusación son ahora algunos comentarios acerca de la conducta del INE frente a la consulta popular que deberá realizarse el próximo 1º de agosto.

Lorenzo Córdova ataca a los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, a quienes culpa de cometer omisiones, en concreto al no haber otorgado el respaldo financiero necesario para la consulta popular. Para definir de dónde procede la falacia y cuál es su motivo, es preciso repasar algo de lo que ha ocurrido durante varios años con el INE, en especial respecto de los recursos que le entrega la Federación.

Sin proyecto justiciero tampoco ganan

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El 2024 ya está aquí. Domina la imaginería del inefable círculo rojo, que vislumbra y discurre escenarios de la elección del próximo presidente de la República. Es difícil encontrar algo que diga o haga Andrés Manuel López Obrador, sus colaboradores y adeptos o la dirigencia de Morena que no contenga un cálculo de cara a la sucesión presidencial, y algo similar puede decirse de la oposición partidaria y empresarial a AMLO, que prácticamente no da un paso sin tener en mente el objetivo de derrotarlo. Estrategias, tácticas y sobre todo nombres se barajan de uno y otro lado. Con una diferencia: del lado oficialista casi todo está definido y por ello la dosis de incertidumbre es mínima, mientras que del lado opositor persisten bastantes incógnitas.

AMLO tiene una hoja de ruta que trazó hace años y que ha sostenido contra viento y pandemia. Y es que lo que él llama perseverancia es, en realidad, obcecación e inflexibilidad. Pese a crisis y contingencias sigue por ese camino, sin modificar un ápice la trayectoria. Por eso aún está en el lugar de siempre –diría el clásico de Ciudad Juárez–, en la misma ciudad y con la misma gente. El plan de navegación de las oposiciones, en cambio, no está tan claro. No se ha confirmado qué partidos contenderían solos y cuáles, en su caso, formarían una alianza. Menos se sabe quiénes serían los precandidatos. Y el proyecto de nación que presentarían al electorado para competir con la 4T es, por lo menos para mí, un misterio. Si bien en la condena a la restauración autoritaria y la defensa de los equilibrios democráticos sobran coincidencias discursivas entre los potenciales aliados, en los ámbitos de política económica y política social no se vislumbran propuestas alternativas. Porque dentro del espectro opositor, contra lo que pregona AMLO, coexiste una considerable diversidad ideológica. Cierto, hay algunos que confirman el estereotipo de las mañaneras: repudian cualquier subsidio redistributivo, en vez de forjar un Welfare State quieren regresar al Estado guardián, defienden el trickle-down economics con sus privilegios fiscales a las grandes empresas y a los más ricos (lo contrario, dicho sea de paso, forma parte del repertorio retórico obradorista, aunque en los hechos está muy lejos de concretarse). Pero también hay democristianos, liberales (sin el “neo”) y socialdemócratas por convicción y conocimiento de causa o por simple (y certera) intuición.

Quién es quién en las mentiras, el reto

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La nueva sección semanal de la conferencia matutina del Presidente Manuel Andrés López Obrador denominada “Quién es quién en las mentiras” nace al amparo de una narrativa que, se argumenta desde el poder, tiene como propósito identificar y señalar el error de medios y periodistas, de tal suerte que se traduzca en acto el derecho a la información. Veo claroscuros en este novedoso ejercicio.

Primero. Es, por el sólo hecho de existir, discutible si la presidencia de la República es el espacio idóneo para evaluar los mensajes mediáticos afectados por mentiras de medios y periodistas. En otros países esa labor la llevan a cabo las veedurías u observatorios de medios donde concurren expertos en las distintas áreas del análisis del discurso, a la luz de una metodología razonable, estandarizada y transparente. Esta iniciativa mexicana, por el contrario, nace bajo el esquema de estímulo-respuesta, que se construye sobre la marcha, a contracorriente de las prácticas en otros países donde tienen lugar trabajos similares

La consulta

Ciudad de México (apro).- En una de sus múltiples ocurrencias, López Obrador hará que el 1 de agosto de este año se lleve a cabo una consulta popular para –según él y muchos que le han comprado el argumento– saber si esa abstracción llamada “pueblo” está de acuerdo en que se juzgue a los expresidentes.

Aunque el texto de la consulta dice otra cosa (“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”), su espíritu apunta a algo con lo que López Obrador se comprometió y no ha dejado de traicionar: una agenda profunda de justicia transicional.

La no reelección en México

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En junio se cumplieron 150 años del inicio de la rebelión “antirreeleccionista” encabezada por Porfirio Díaz. El movimiento armado se hizo al amparo del Plan de la Noria, del 8 de noviembre de 1871; en él se sostenía, entre otros puntos: “Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder y será ésta la última revolución”.

A pesar de lo que dicen los defensores de Díaz, en el sentido de que su gobierno transformó a México, no se puede dejar de reconocer que fue un cínico, desvergonzado y mentiroso. Fueron muchas las víctimas de su ambición de poder. No fue la última revolución ni el último ambicioso; hubo necesidad de organizar otra para deponerlo; y una más, la de 1927, para defender el principio de no reelección.

Oculto debate sobre la consulta popular

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La primera consulta popular basada en la Constitución, la que habrá de realizarse el 1º de agosto próximo, vive un oculto debate. Con algunas excepciones, quienes no la quieren, quienes la repudian, quienes la odian, no la pueden cuestionar, por lo que con frecuencia intentan ridiculizarla. El fondo del asunto es que a los reaccionarios (los que buscan volver atrás) no les favorecería combatir directamente el principio que anima la consulta, el cual consiste en que la gente decida, sino que, al aborrecer que el pueblo pudiera llegar a decidir, tienen que refugiarse en la proclamada inoperancia de las decisiones populares.

Unos se refugian en que la pregunta es enredada, pero ésa no la redactaron los convocantes sino la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a la que no se atreven, todavía, a combatir. Como no les conviene ir a reclamar a las y los ministros, entonces insinúan que el defectuoso texto de la consulta popular es culpa del gobierno. Pero eso no es lo relevante, pues se va a preguntar si los presidentes mexicanos y sus entornos deben seguir siendo impunes o si eso ya terminó y debemos empezar otra época, en la que no haya impunidad de los poderosos. En realidad, lo que se preguntará es lo más sencillo posible a la luz de tantas décadas de Estado corrupto.

Presidencia-medios: más desencuentros

CIUDAD DE México (apro).- El pasado miércoles 30 el presidente Andrés Manuel López Obrador inició una sección –por llamarla de alguna forma– en su conferencia matutina donde semanalmente se informará lo que a juicio del gobierno es mentira en los medios de comunicación.

Esta nueva forma de comunicación representa un peldaño más en el permanente desencuentro entre lo que se informa desde el poder y cómo se procesa en los medios de comunicación. No me ocuparé en esta entrega de los aspectos metajurídicos de esta figura, sino en las consecuencias normativas de este ejercicio inédito. Veamos.

Los obispos norteamericanos politizan la eucaristía contra Biden

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Aborto y comunión se convierten en objeto de debate político en Estados Unidos. Del 16 al 18 de junio 168 obispos estadunidenses votaron en favor de redactar un documento sobre la eucaristía ante la caída de fieles en las misas. En absoluto desacato del Vaticano, los obispos conservadores debatieron incorporar en el texto una sección sobre la importancia de ser digno de recibir la comunión. Pidieron que se establezcan principios para decidir si se debe permitir o no el acceso al sacramento a aquellos creyentes en cargos públicos que apoyan leyes a favor del aborto y la eutanasia. El objetivo de los conservadores es censurar y negar la comunión a los políticos católicos y a otras figuras públicas que no respetan la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto y otras cuestiones doctrinales fundamentales. La medida apunta directamente al presidente católico Joe Biden. ¿Se imagina el escándalo: negar la comunión al presidente de Estados Unidos?

Ante la radicalización de una gran parte del episcopado, a finales de mayo el cardenal Luis Francisco Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, redactó una misiva en la que advertía a los obispos los riesgos de que una votación sobre esta postura pudiera “convertirse en una fuente de discordia y desunión en la Iglesia”. Sin embargo, sectores de la derecha eclesial conservan inercias de la guerra cultural que durante la campaña electoral de 2020 desataron contra Joe Biden. La mayoría de los católicos blancos votaron a favor de Donal Trump. Hay que recordar que los católicos conforman poco más de 25% del padrón electoral. Es decir, cerca de 68 millones de votantes.