El cuento del combate a la corrupción

 

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Desde el púlpito más poderoso del país, el presidente de México aseguró que los científicos eran unos “ladrones”. Afirmó que quienes defienden los 109 fideicomisos extinguidos defendían la corrupción. Encomendó a la directora del Conacyt, María Elena Álvarez Bullya, la tarea de armar una presentación que exhibiera la corrupción generalizada que se dio en ellos. Logró que la mayoría morenista en el Poder Legislativo los extinguiera. Y quienes le creen sin chistar o verificar, celebraron el triunfo de los buenos sobre los malos, la victoria de los impolutos sobre los manchados, el golpe que la “Cuarta Transformación” le dio a todos los mamadores de la malversación. Compraron el cuento que el presidente les vendió, sin percibir siquiera que se volvería una novela de policías abusivos y bandidos imaginarios.

Bolivia: golpe democrático contra el golpe

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La rápida caída de los golpistas en Bolivia tiene muy pocos precedentes históricos. Las elecciones arrojaron un resultado incontestable tanto por la concurrencia popular como por la preferencia mayoritaria. Las fuerzas políticas y militares del golpe, así como sus inspiradores de la OEA-USA, fueron derrotadas en toda la línea.

Ha sido ejemplar la serenidad y unidad de la izquierda y, de manera más general, de los movimientos sociales, para contener la acción del gobierno instituido tras el golpe.

El complejo dilema de las redes sociales

Octavio Islas

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Entre los méritos de la docuficción El dilema de las redes sociales, dirigida por Jeff Orlowski y escrita por Orlowski, Davis Coombe, y Vickie Curtis (Netflix, 2020), destaca el haber recuperado algunos de los agudos cuestionamientos que ha expresado Tim Berners-Lee, el credor de la web, quien en no pocas ocasiones se ha lamentado del adverso panorama que ofrecen la web e Internet en nuestros días.

La reforma energética que viene

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Entre enmendar los errores y la terquedad para repetirlos, la actual administración parece optar por lo segundo en lo que respecta a la política energética nacional. Se pretexta el interés público, el dominio de la Nación sobre los recursos naturales y el interés del pueblo. No hay evidencia de que se aprecien bien tales conceptos.

Fideicomisos, la polémica

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- El proceso de extinción de los fideicomisos previstos en distintas leyes ha generado una ríspida disputa entre los beneficiarios de esos instrumentos financieros y la política pública de la 4T que ha considerado la desaparición de esas vías de financiamiento como un atentado a la economía social. Es por la razón anterior que el tema que ha generado un amplio debate en los medios requiere de un análisis reposado que ponga las cosas en su justa dimensión, justo ahora que el Senado aprobó en lo general la extinción de los instrumentos financieros de referencia. Veamos.

Primero. Es debatible que los fideicomisos públicos sean la panacea para algunos de sus beneficiarios y los partidos de oposición que han visto en este diferendo un frente contra el gobierno federal. Lo cierto, empero, es que, de entrada habría que empezar por el principio: ¿Tiene atribuciones constitucionales el Congreso de la Unión para reformar las leyes que dan vida a los fideicomisos en cuestión? La respuesta debe darse en sentido positivo. Las cámaras del Congreso no han incurrido, hasta donde advierto, en un ejercicio inconstitucional de sus facultades previstas en el artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En todo caso, se encuentra abierta la vía jurisdiccional para controvertir la actuación del Congreso como lo adelantado que lo harán algunos gobernadores mediante controversia constitucional u otras vías que han anunciado harán valer en tribunales. Sobra decir que los gobernadores tienen la potestad de recurrir lo que, a su juicio, ha aprobado erróneamente el Congreso de la Unión en este rubro. Será, en todo caso, la Suprema Corte de Justicia la que tendrá la última palabra en este escarceo más político que jurídico.

Es la pandemia, estúpido

WASHINGTON (apro).– Presionado, contra las cuerdas y desesperado por recuperar el terreno perdido en las encuestas de tendencia electoral ante el demócrata Joe Biden, el presidente Donald Trump perdió el sentido de lo que en verdad importa en su país.

Azotados por la pandemia de covid-19, como en el resto de los países del mundo, pareciera que los estadunidenses buscan una alternativa a Trump que garantice que, con mucha seriedad, conciencia social y cívica, abordará la crisis de salud que coadyuva al deterioro económico.

Popularidad y demagogia en el mundo

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- ¿Por qué gobiernos del mundo elegidos democráticamente, pero que no cumplen con sus funciones conforme a la razón, al derecho, al Bien Común, pueden seguir siendo populares, como el trumpismo, por dar uno de tantos ejemplos? ¿Qué relación hay entre legitimidad en el ejercicio mismo del poder obtenido democráticamente, en el funcionar concreto de ese poder, y popularidad y demagogia? ¿Juega la demagogia el papel de encubridora del mal funcionamiento de muchos gobiernos, de su desapego al derecho –reemplazado por su afición a una “presunta autoridad” de la muchedumbre adulada–?

¿Hay un reconocimiento del poder por parte de los grupos que sea irracional, fundado en el mito, y uno racional, reflexivo, basado en el apego de gobiernos al derecho y a la eficiencia administrativa?

Los niños con cáncer: víctimas de la lucha anticorrupción

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- “Nos tratan como mentirosos, pero yo sé qué le pasó a mi hijo: sufrió quemaduras porque le suministraron un medicamento sustituto, ya que el indicado por el médico se había agotado. Todo lo que pasa es tan horrible. Hemos visto morir a varios de sus compañeritos en el hospital.”

Yadira Alegría Ovilla es madre de Gilberto Ortiz, un niño de cinco años cuya vida depende de la puntualidad y precisión con que se le aplique tratamiento de quimioterapia.