El gobierno federal debe pedir perdón

 

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- En México hay esclavos. Aunque se abolió la esclavitud en México hace mucho, y la Constitución -letra muerta, por cierto- la prohíbe, ella existe en pleno siglo XXI. La viven, entre otros, los jornaleros y jornaleras agrícolas de nuestro atribulado país. Son campesinos, millones, en pobreza extrema la mayoría, muchos de ellos sin parcela de subsistencia que cultivar para mal comer. Son indígenas y mestizos, hombres, mujeres, embarazadas, niños, niñas. Una ominosa trata de personas esa, la sufrida por ellos.

¿Quién controla los dineros públicos?

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Si es verdad o no que a nuestro actual gobierno no le importa mucho el Estado de Derecho, es tema politizado. En cambio lo que sí es evidente es su permanente invitación para que se le demande en tribunales; los cuales, en esencia, son la institución más importante en un Estado constitucional y democrático de Derecho.

Propaganda de miedo y mentiras

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un mendaz atisbo apocalíptico se cierne sobre México desde cuando el triunfo de Morena se empezó a analizar como inevitable. Según esa predicción, lo que iba a ocurrir era la dictadura y el colapso nacional. Luego de dos años, se sigue diciendo lo mismo.

A los actuales opositores no le preocupa gran cosa que la realidad apunte hacia un lado diferente de donde se encuentran sus descripciones. Entre peores sean sus acusaciones y avisos, mayor podría ser la falsificación y el miedo.

México no tiene Constitución

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El asalto a la división de poderes equivale a enterrar la Constitución. La decisión de la Suprema Corte acerca de la consulta popular y la propuesta de empatar la elección del próximo año con tal consulta sobre expresidentes, constituyen una burla al Estado de Derecho y al pueblo todo. El régimen se mofa de la Constitución y de la ciudadanía opositora. La historia nacional e internacional ya se mofan del régimen. En virtud de la trascendencia de la resolución de la Suprema Corte sobre la consulta popular acerca de si se procede en contra de ex presidentes, considero oportuno y necesario exponer mi opinión jurídica al respecto.

Relevancia judicial de los videoescándalos

Ciudad de México (apro).- Los denominados “videoescándalos” son desde hace algún tiempo una forma de escarnio público que, por su propia naturaleza, se encuentra excluido del debido proceso. La excepcionalidad genera un impacto en el sistema nervioso central y, por ende, en las pautas de comportamiento social sobre la formación de criterios de opinión sobre un tema concreto.

Sin duda, si hubiera la difusión de tres o más “videoescándalos” diarios dejarían de tener su carácter noticioso, porque serían elementos del paisaje mediático cotidiano y en la opinión pública habría una normalización de estos videos. Desde el punto de vista doctrinal se ha generado el concepto de “juicio paralelo”; es decir, el que tiene lugar en los medios que deja en estado de indefensión a los presuntos responsables de un delito o ilícito que son juzgados bajo las reglas de los dueños de los medios y de los periodistas que forman un clima de opinión que puede magnificarse o minimizarse dependiendo de cada caso.

Pecados de Biden y Trump para atraer el voto de los hispanos

WASHINGTON (apro).– Con la cercanía de las elecciones del martes 3 de noviembre, la campaña del presidente Donald Trump y la del demócrata Joe Biden están empecinadas en atraer el voto de la comunidad hispana, pero se equivocan en ponderar la manera de lograrlo.

El voto hispano puede ser la clave para definir la elección presidencial en estados como Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Nevada y posiblemente hasta Texas, no obstante, ni Biden ni Trump entienden a esa comunidad de la cual requieren su respaldo.

(Ir)responsabilidad judicial

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- ¿Qué acontece si en los Poderes Judiciales se ignoran los precedentes aplicables para resolver los asuntos que se juzgan? ¿Es posible que sus integrantes evadan sus determinaciones previas sin dar explicaciones? ¿Tienen responsabilidades especiales ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia por dicho olvido?

Es claro que una nueva reflexión puede llevar a cualquiera a cambiar de criterio, pero cuando se brinda el servicio público de impartir justicia, es necesario cuidar la coherencia o consistencia argumentativa. No se ve bien ser garantista de ocasión.

Los fideicomisos son hoyos

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Fideicomiso es un mecanismo de administración. Las clases propietarias lo inventaron para proteger el patrimonio acumulado o simplemente administrar herencias. Ahora se usa para realizar algunos negocios, especialmente inmobiliarios. Por otra parte, algunos gobiernos rompen sus propias estructuras mediante fideicomisos como forma de repartir fondos y mandos sobre los mismos.

En México los fideicomisos públicos se han usado para muchas cosas, entre ellas la de quitar responsabilidades directas mediante la asignación de un fondo para atender ciertas obligaciones oficiales sin tener que dar la cara. También se han utilizado para crear islotes administrativos en favor de determinadas personas allegadas al poder. Bajo el Estado corrupto, los fideicomisos eran parte de lo mismo en alguna medida.

La Cuarta Purificación

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Decía Orwell, y con razón, que “si la libertad significa algo, significa el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír”. El derecho a criticar, disentir y debatir sin represalias por parte del poder. Y cuando esa libertad se ve asechada, hay que defenderla, pero no selectivamente. Hay que defenderla siempre, trátese de quien se trate. Alzar la voz ante la censura, como yo lo he hecho desde hace años en el caso de Carmen Aristegui, en el caso de Gutiérrez Vivó, en el caso de Lydia Cacho, en el caso de tantos periodistas más agredidos por el gobierno en turno. Ser demócrata implica señalar cualquier abuso de poder, aun cuando se trate del presidente y del proyecto por el cual voté, con la esperanza de corregir una transición trunca y enderezar el rumbo perdido. Ser demócrata no implica la lealtad incondicional ni la defensa de lo indefendible. Porque voté por Andrés Manuel López Obrador y la expectativa de cambio que engendró, mi derecho y mi obligación es mantener alta la vara de medición y no permitir acciones y decisiones que jamás hubiéramos tolerado de sus predecesores.

El hecho de que encabece lo que llama un “cambio de régimen” o una “Cuarta Transformación” o una “revolución de las conciencias” no debe otorgarle la capacidad de usar su poder de forma abusiva o antidemocrática. Y AMLO está abusando de su poder. Abusa cuando gobierna por decreto, saltándose los límites constitucionales como lo ha hecho para militarizar aún más a México. Abusa cuando politiza y partidiza las instituciones, como lo ha hecho con la CNDH y los órganos concebidos para ser autónomos. Abusa cuando utiliza el aparato del Estado para perseguir a quienes percibe como adversarios, mientras cierra los ojos ante la corrupción dentro de su propio gobierno. Y abusa cuando utiliza el púlpito más poderoso del país para descalificar, acusar, difamar o, como lo ha señalado Sara Sefchovich, “meter a todos los críticos en el mismo saco”.