El caso Río Sonora a la Suprema Corte de Justicia

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En agosto se habrán cumplido cuatro años del derrame tóxico en Sonora provocado por Buenavista del Cobre, subsidiaria de Grupo México. Las versiones oficiales de la empresa y el gobierno no podrían ser más distantes de las percepciones de la gente que habita la región y que se organizó en los Comités de Cuenca Río Sonora, a los que he acompañado desde hace poco más de tres años como abogado de PODER –una organización regional, sin fines de lucro, que trabaja para mejorar la transparencia y rendición de cuentas de las empresas en México y América Latina desde una perspectiva de derechos humanos–.

La novedad en estos últimos días es que el pasado 11 de abril la Segunda Sala de la Suprema Corte ha decidido conocer dos de los varios juicios de amparo que se han promovido para buscar remediar las violaciones a los derechos humanos de las personas afectadas por las actividades de la empresa minera. Este acontecimiento brinda algo de esperanza para hallar verdad y justicia para el caso.

Tres meses

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Las elecciones del domingo 1 de julio tendrán lugar exactamente en tres meses. A lo largo de 91 días se celebrará uno de los comicios más importantes en la historia de México. No sólo se disputarán más de 18 mil cargos públicos (desde miles de regidores municipales hasta la Presidencia de la República) sino que también el pueblo mexicano tendrá la oportunidad de enviar un mensaje al mundo con respecto a su dignidad republicana, su capacidad organizativa y su conciencia social.
¿Somos tan pacientes, pasivos y desorganizados como dictan los estereotipos de Hollywood sobre los mexicanos? ¿O seremos capaces de llevar a cabo una enorme revolución silenciosa en las urnas para botar a los corruptos y defender la soberanía nacional?

Margarita Zavala y el dinero público

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El financiamiento público al que Margarita Zavala renunció tras inscribir su candidatura independiente a la Presidencia de la República equivale a menos de un mes del gasto que el expresidente Felipe Calderón le genera al erario federal. De acuerdo a la normatividad electoral, a cada uno de los candidatos independientes a la primera magistratura del país le corresponderá un monto de 4 millones 773 mil 700 pesos, mientras que Calderón (incluso sin contabilizar el sueldo que ya donó a una organización de la sociedad civil) le cuesta 5 millones de pesos mensuales por el pago de los empleados y militares de los que dispone su familia, según señala Ernesto Villanueva en su libro Los parásitos del poder (Ediciones Proceso).

De conformidad con la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), en su conjunto los candidatos independientes recibirán un financiamiento público de 42 millones 963 mil 332 pesos, monto equivalente al que recibiría un partido político de reciente creación. Esta cantidad se repartirá entre las tres elecciones que se celebrarán el 1 de julio (presidente, senadores y diputados); además, se divide entre el número de candidatos registrados, con lo cual, en el caso de la Presidencia de la República –que lo máximo que puede haber son tres–, el monto sería el ya señalado.

Alzheimer y elecciones

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Hace más de tres años, en un artículo intitulado “La desmemoria de la velocidad” (La Jornada Semanal 1019) escribía que ciertas enfermedades son símbolos de enfermedades sociales y que, quizá, la que hoy mejor nos representa en su horror sea el alzheimer: el olvido de ser, la pérdida de la memoria que es, a su vez, la pérdida del presente y del futuro, la desorientación absoluta. Si lo recuerdo es porque la velocidad de los medios de comunicación nos ha hecho entrar en un alzheimer social.

A principios del siglo XX Charles Péguy, uno de los más altos escritores espirituales de Francia, escribía con asombro y espanto: “Nada es más viejo que el periódico de ayer”. Un siglo después habría que decir que nada es más viejo que el Twitter de hace dos minutos. La velocidad, al igual que sucede con el alzheimer, no sólo desplaza el ayer, desplaza el instante presente convertido en ayer, sumergiéndonos en la vertiginosidad del caos: un mundo sin relaciones ni vínculos.

La Corte se endurece contra alcaldes

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- En los últimos tres meses el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) destituyó a tres alcaldes y sus respectivos cabildos y al delegado en la Venustiano Carranza de la Ciudad de México por su negativa a cumplir con sentencias de amparo, lo cual en principio es un buen precedente que contribuye a la instauración del estado de derecho en México.

El juicio de amparo tiene por objeto proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos frente a las acciones de las autoridades y, en este sentido, es crucial que sus sentencias se acaten y se cumplan, pues es precisamente lo que impide la violación de los derechos. Lamentablemente son muchos los casos en los que las autoridades administrativas simplemente las ignoraban, y la Corte, hasta noviembre del año pasado, era en términos generales muy laxa en su exigencia y emplazaba una y otra vez a las autoridades administrativas, pero no exigía su cumplimiento.

La irresponsabilidad de los legisladores

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Después de casi 10 años de incumplir con la obligación autoimpuesta de expedir la ley reglamentaria al párrafo octavo del artículo 134 de la Constitución, los legisladores pueden ser obligados por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a hacerlo antes del 30 de abril de 2018.

El 13 de noviembre de 2007 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la reforma constitucional en materia electoral en la que se incluía la adición del entonces párrafo séptimo al artículo 134, para establecer los criterios generales que deben regir la propaganda gubernamental y prohibir que la misma se utilice para la promoción personalizada de los servidores públicos. El artículo tercero transitorio ordenaba a los legisladores “realizar las adecuaciones que correspondan en las leyes federales en un plazo de treinta días naturales contados a partir del inicio de la vigencia de este decreto”.