Fortunas transparentes

CIUDAD DE MEXICO (proceso).- ¿A cuánto ascienden las fortunas de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Vicente Fox? ¿Cuál es el salario de Carlos Loret de Mola y Denise Maerker? ¿Cuánto gana Carlos X. González? ¿Carlos Slim y Emilio Azcárraga pagan impuestos? ¿Quiénes pagan el predial para las residencias de las familias de Arturo Montiel, José Murat y Miguel Ángel Yunes en el extranjero?

Son algunas de las preguntas que encontrarían respuesta si hubiera un verdadero compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas en el país. Toda la información con la que hoy contamos sobre la gran corrupción y los conflictos de intereses que están destruyendo la nación la tenemos gracias a las investigaciones de la prensa nacional e internacional. Frente a la indolencia de las autoridades y la complicidad de una gran parte de la sociedad civil organizada, The Guardian, Aristegui Noticias, Proceso, La Jornada, The New York Times y Le Monde, entre otros, se han convertido en los únicos actores que trabajan a favor de una verdadera rendición de cuentas.

Contra los partidos

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- El 6 de julio Hermann Bellinghausen publicó en La Jornada un artículo titulado “La abolición de los partidos”, en el que daba cuenta de un ensayo que Simone Weil escribió entre diciembre de 1942 y abril de 1943 cerca del final de su vida, acaecido en agosto de 1943: Notas sobre la desaparición general de los partidos. A pesar de mi admiración por ella y de mi animadversión por los partidos, lo había olvidado. Instigado por el artículo de Hermann me lo eché de nuevo a los ojos. No sólo es admirable, sino que en su penetración anuncia, de alguna forma, la crisis y el descrédito por los que atraviesan los partidos hoy.

Los partidos políticos, que los regímenes democráticos consideran la panacea de la democracia y sin los cuales, se dice, no existe la vida política, nacieron, recuerda Weil, en la aristocracia inglesa. Al principio, los revolucionarios franceses, que nos darían las democracias modernas, los veían “como un mal que había que evitar”. Sin embargo, bajo la pasión de la guerra y de la guillotina, los clubes jacobinos, que en sus inicios eran lugares de discusión, se convirtieron en un partido totalitario cuyas facciones en pugna –a diferencia de las luchas partidistas en el mundo anglosajón, que siempre mostraron “un carácter de juego, de deporte” – estuvieron gobernadas por la idea que el bolchevique Mijaíl Tomski formularía años después en Rusia: “Un partido en el poder y todos los demás en prisión”.

Cleptocracia censora

Héctor Tajonar

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Principio elemental de los políticos que convierten el servicio público en fuente inagotable de lucro personal es saber robar sin que se note. Ello supone una serie de artilugios para ocultar la conducta delictiva, tratando de mantenerla en absoluto secreto a fin de facilitar la impunidad. Sólo los cómplices y beneficiarios del chanchullo están autorizados para conocer la forma de evadir la ley y así obtener ganancias multimillonarias a través de contratos con proveedores selectos, haciendo aparecer como licitación una asignación directa, previo acuerdo sobre cómo, cuándo y dónde se repartirán las utilidades producto del enjuague.

Ni olvido ni perdón

CIUDAD DE MEXICO (proceso).- Enrique Peña Nieto nos ha pedido perdón por el escándalo de la “Casa Blanca” y Aurelio Nuño nos invita a dejar atrás la masacre de Nochixtlán para debatir sobre su nuevo “modelo educativo” neocolonial y privatizante. Al más típico estilo priista se privilegia la impunidad por encima de todo. Se repite el escenario que tuvo lugar a finales de 2014, cuando Peña Nieto llamó a los mexicanos a simplemente “superar” la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa. Con el tradicional coctel de demagogia, represión, guerra mediática y reformas simuladoras, se busca tender una cortina de humo que recubra y nos haga olvidar los enormes agravios cometidos contra la sociedad durante el sexenio actual.

En respuesta al olvido y el perdón que pide el gobierno, a los ciudadanos nos toca mantener viva la memoria, exigir castigos ejemplares para los responsables del desastre nacional, así como trazar una ruta de escape que pase por la revocación de todas las “reformas estructurales” y el diseño de un plan estratégico hacia la construcción de una nueva República.

Contra la educación

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- No sé en qué condiciones se encuentre el diálogo entre el gobierno y la CNTE en el momento de la aparición de este artículo. El meollo de la discusión, la abolición de la ley que reforma la educación en México o su permanencia, toca un tema fundamental de la libertad y de la vida civil que no se agotará con ese diálogo.

Soy de aquellos que se suman a la abolición de esa ley; soy también de aquellos que piden un diálogo nacional que permita una construcción consensuada sobre el destino de la educación en nuestro país. Pero soy también y, sobre todo, un crítico de la educación misma. Creo en ese sentido que un diálogo sobre el tema debe antes que nada cuestionar la perversidad que se encuentra en la palabra que ha creado el conflicto.

El desencuentro de los socios

Olga Pellicer

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La cumbre de líderes de América del Norte celebrada en Ottawa la semana pasada no tenía condiciones para recibir mucha atención. La opinión pública internacional anda ocupada con otros asuntos: el desconcierto que ha provocado el Brexit en los mercados financieros internacionales y en todos aquellos interesados en el futuro de Europa; la multiplicación de los ataques terroristas provenientes del llamado Estado Islámico; la desazón que acompaña el proceso electoral en los Estados Unidos y los temores ante la posibilidad de que Donald Trump sea el vencedor.

Educación, cerrazón y tragedia

Héctor Tajonar

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cubierto por una densa nube de dudas, el enfrentamiento del 19 de junio en Nochixtlán, Oaxaca, entre las fuerzas de seguridad y la CNTE imprime un signo trágico al conflicto magisterial derivado de la reforma educativa. Al parecer, el saldo de nueve muertos y más de 100 heridos se debió a “un error táctico” de la Gendarmería (Proceso 2069). Sin embargo, aún no se aclara la posible participación de grupos de choque –ajenos o vinculados a la CNTE, o “halcones” contratados por el propio gobierno– que pudieron haber provocado la matanza.

Diálogo con olor a sangre

CIUDAD DE MEXICO (proceso).- La sangre de Nochixtlán tiene sin cuidado al gobierno. Lo único que le interesa es apagar el fuego de la creciente resistencia magisterial, estudiantil, popular y ciudadana. Desde las comunidades indígenas de Oaxaca hasta Nueva York, desde Monterrey hasta la UNAM, todos los días crece el repudio a la masacre cometida por los policías federales y estatales el pasado domingo 19 de junio. La solidaridad nacional e internacional incluso se ha generalizado más rápidamente que después de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014.

Lo que ocurrió en Nochixtlán no fue un “choque” o un “enfrentamiento” entre dos grupos en conflicto, maestros y policías, sino un ataque premeditado y ejecutado a sangre fría por hombres encapuchados, fuertemente armados, al servicio de un gobierno despótico y corrupto. Las víctimas fueron maestros y ciudadanos de una zona con fuerte presencia indígena que defendían, con lápices, cuadernos y palos sus derechos laborales, su cultura y su tierra.

La esquizofrenia

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La esquizofrenia, cuya etimología significa escisión de la mente, es una enfermedad que se caracteriza por la distorsión de la realidad, la construcción de falsas creencias y por un pensamiento poco definido o confuso. Este tipo de enfermedades de la personalidad permite también definir ciertos padecimientos sociales. En el caso de la esquizofrenia, es posible decir que bajo condiciones extremas, una sociedad puede padecerla y escindir su personalidad colectiva al grado de perder su capacidad para percibir lo real y mantener conductas claras.

Desde que en 2006 la violencia en México comenzó a recrudecerse de manera acelerada, la esquizofrenia social se ha ido instalando entre nosotros. El más reciente síntoma lo vivimos en las elecciones pasadas: mientras el gobierno continúa en su obstinación de no resolver el tema de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa; mientras en Tetelcingo, Morelos, la sociedad civil, acompañada de forenses de diversas instituciones, exhumaba más de 100 cadáveres de dos fosas clandestinas creadas por el propio gobierno y ponía así al desnudo las profundas complicidades del Estado con el crimen organizado y las desapariciones forzadas; mientras en el Museo Memoria y Tolerancia, en la Ciudad de México, Open Society Justice Initiative (OSJI) presentaba su informe sobre la responsabilidad del Estado mexicano y de Los Zetas en crímenes de lesa humanidad; una buena parte de la sociedad salía nuevamente a votar.

Tetelcingo, ¿otro crimen de Estado?

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Durante las protestas por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, hubo una frase que corrió a lo largo y ancho del país y que señalaba con toda claridad al actor fundamental de la violencia que vivimos: “Fue el Estado”. Las investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI) y los ataques a sus miembros, que concluyeron con su salida del país, no hicieron otra cosa que confirmarlo.

Recientemente el hallazgo de las fosas clandestinas de Tetelcingo, en el municipio de Cuautla, Morelos, donde la Fiscalía del estado enterró como basura 150 cuerpos, vuelve a poner en el centro de la violencia al Estado.