CIUDAD DE MEXICO (proceso).- Los años yé-yé en la década de los sesenta vieron florecer al ídolo juvenil galo Johnny Hallyday, junto con el rocanroleo de su amada Sylvie Vartan y sus compadres los “viejos canallas” Eddy Mitchell y Jacques Dutronc, al paralelo de las figuras establecidas de la canción tradicional francesa George Brassens, Charles Trenet, Jacques Brel o Léo Ferré.
Según señaló al devenir de la nueva centuria el periodista y coeditor de Le Parisien, Maurice Achard, el camaleónico artista parisino (cuya muerte por cáncer pulmonar a los 74 años enlutó al país de la Torre Eiffel la medianoche del pasado martes 5 de diciembre), “es símbolo por derecho propio de la Francia moderna de la segunda mitad del siglo XX; la Francia posterior a la guerra mundial con sus altibajos, como el mismo animal obstinado de Johnny Hallyday, cantante francés de cultura americana”.