MADRID (Proceso).– La compañía eléctrica Iberdrola ha sufrido una cadena de reveses de gran envergadura. Primero fracasó en su intento para conseguir en España que la Audiencia Nacional declarara la nulidad del proceso contra su presidente, Ignacio Sánchez Galán, y tres altos directivos, por los supuestos encargos al polémico comisario jubilado de la Policía Nacional, José Manuel Villarejo, para espiar a enemigos empresariales.
Con esta decisión, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional reafirma el fallo del juez del Caso Tándem, el magistrado Manuel García-Castellón, de mantener como imputados a los ejecutivos de la compañía y citarlos a declarar en los casos de espionaje que se prolongaron de 2004 a 2017.