PARÍS (Proceso).- Dos semanas duró el mutismo de Emmanuel Macron ante la crisis social generada por los Chalecos Amarillos: 13 minutos duró la alocución que dirigió a los franceses la noche del lunes 10 para responder a ese movimiento de protesta.
Con el rostro cansado y mirada a menudo fija en el teleprónter, el presidente francés aludió al todopoderoso dios romano para anunciar su intención de dirigir la política del país desde la altura a la que acababa de acceder.