WASHINGTON (proceso).- Los deseos e impulsos de Donald Trump de castigar a México en sus primeros 100 días como presidente –en los asuntos de migración, seguridad y comercio– estarían acotados por el Congreso federal y las leyes estadunidenses. “Cuando asuma la presidencia y se entere de lo que la ley le permite hacer, modificará sus ideas y promesas de cambiar radicalmente la relación con México”, sostiene a Proceso James R. Jones, exembajador de Estados Unidos ante el gobierno mexicano.
De la amplia gama de temas en la relación bilateral, tres de ellos –el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), así como los de migración y seguridad– podrían causar daños serios a la economía mexicana si Trump cumple las amenazas y promesas que hizo durante su campaña.