MOSCÚ (proceso).- Marzo de 2018. Las elecciones en Rusia se van a celebrar en menos de una semana y Vladimir Putin, el saliente presidente ruso, va camino a ser reelegido. Pero en una cafetería del centro de Moscú el tema que enciende la conversación es otro. El hooligan ruso Vitaly, quien accede a hablar bajo la condición de que su apellido no sea divulgado, siente desazón por algunas nuevas medidas del gobierno de Putin que, dice, pusieron un freno a los grupos de fanáticos del futbol. Lo que considera una traición.
“En los últimos meses las autoridades rusas nos impusieron varias restricciones en vista del Mundial de futbol”, argumenta este líder de la porra Gladiator Firm 96, del Spartak de Moscú, una de las más temidas por las policías europeas.