CIUDAD DE MEXICO (apro).- Reza el dicho que “la suerte de la fea, la bonita la desea”, y en el caso de la guapa Antonia Bronchalo Lopesino -Sayatón, Zaragoza, España, 6 de marzo de 1917-Madrid, 13 de septiembre de 1959-, conocida en el medio artístico y taurino como Lupe Sino, considerada mexicana por malos periodistas, el refrán adquiere tintes dramáticos.
De cuna muy humilde, Lupe fue la segunda de nueve hermanos y, al mudarse su familia a la capital de España, en 1931, debió trabajar como sirvienta, si bien al poco tiempo y dada su gracia, esbelta figura y bello rostro de verdes ojos, empezó a hacer cabaret, así como pequeños papeles en el cine. Hay quienes afirman que en octubre de 1937 casó por lo civil con Antonio Verardini, un militar del IV Ejército Republicano, unión que terminó en 1940. Tres años más tarde conoce a Manuel Rodríguez Manolete -Córdoba, 4 de julio de 1917-Linares, 29 de agosto de 1947-, con quien mantendrá una escandalizante relación sentimental hasta la oscura muerte de éste, no sólo por la cornada de Islero, de Miura, sino por habérsele suministrado, por órdenes del médico de la plaza de Las Ventas, Luis Jiménez Guinea, un plasma en mal estado que diez días antes ya había cobrado muchas víctimas en el puerto de Cádiz tras la explosión de un arsenal.
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